Esclava mía, témeme. Ámame. Esclava mía, Pablo Neruda

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  Pablo Neruda 10 ESCLAVA mía, témeme. Ámame. Esclava mía! Soy contigo el ocaso más vasto de mi cielo, y en él despunta mi alma como una estrella fría. Cuando de ti se alejan vuelven a mí mis pasos. Mi propio latigazo cae sobre mi vida. Eres lo que está dentro de mí y está lejano. Huyendo como un coro de nieblas perseguidas. Junto a mí, pero dónde? Lejos, lo que está lejos. Y lo que estando lejos bajo mis pies camina. El eco de la voz más allá del silencio. Y lo que en mi alma crece como el musgo en las ruinas. Pablo Neruda

La muerte de Melisanda, Pablo Neruda

El poeta Pablo Neruda, con sombrero y bufanda
A la sombra de los laureles Melisanda se está muriendo. Se morirá su cuerpo leve. Enterrarán su dulce cuerpo. Juntarán sus manos de nieve. Dejarán sus ojos abiertos para que alumbren a Pelleas hasta después que se haya muerto. A la sombra de los laureles Melisanda muere en silencio. Por ella llorará la fuente un llanto trémulo y eterno. Por ella orarán los cipreses arrodillados bajo el viento. Habrá galope de corceles, lunarios ladridos de perros. A la sombra de los laureles Melisanda se está muriendo. Por ella el sol en el castillo se apagará como un enfermo. Por ella morirá Pelleas cuando la lleven al entierro. Por ella vagará de noche, moribundo por los senderos. Por ella pisará las rosas, perseguirá las mariposas y dormirá en los cementerios. Por ella, por ella, por ella Pelleas, el príncipe, ha muerto. Pablo Neruda

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